Irlanda es un país atractivo con antiguos castillos, representativos monasterios y antiquísimas abadías, todos ellos hablan de los nobles rastros de la antigua Irlanda. Los misteriosos lagos de este país con sus claras aguas cubiertas por el verde de sus montes, valles y el gris del cielo brindan un panorama sin igual. El carácter abierto y generoso de sus habitantes es otro de sus atractivos, además, los isleños conservan un aspecto distinguido y alegre que hacen al viajante sentirse como en su propia casa.
Aquí se degusta todo de una manera especial: disfrutando de los paisajes tanto en primavera como en cualquier estación del año, realizando un crucero por el río Shannon, descubriendo así los atrayentes pueblos y ciudades, paseando tranquilamente por las costas arenosas con calas ocultas o participando en una de las cenas medievales en las que uno puede convertirse en una noble dama o un barón durante unas horas.
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El clima
Irlanda goza de un clima templado. En verano, la temperatura oscila de los 15ºC a los 20ºC. En primavera y otoño, la temperatura se ubica alrededor de los 10ºC y en invierno entre 5º y 8º. Es muy raro que nieve, pero puede llover en cualquier época del año.
Fiestas y eventos
Sin duda el evento número uno de Irlanda es la Fiesta de San Patricio, la cuál cruzó el océano hasta llegar a festejarse en Nueva York y Buenos Aires. Se lleva a cabo del 15 al 19 de marzo, en sus comienzos la fiesta duraba solamente un día pero no era suficiente para llevar a cabo todos los eventos que se programaban.
Por eso ahora ya son cinco días los dedicados a evadirse de los problemas lanzándose de cabeza a la impresionante alternativa a la rutina de la vida cotidiana que ofrece San Patricio. Los fuegos artificiales, la danza, la comedia y las actuaciones callejeras, la diversión para toda la familia, la búsqueda de un tesoro escondido, gigantes, cabezudos, bandas musicales de todos los puntos de Irlanda y de otros países se dan cita en el gran desfile del día 17 que serpenteará O’Connell Street y el centro de la ciudad. Pero el festival empieza el 15 de marzo con el St Patrick’s Festival Opening Night de Smithfield Square, donde 400 tambores de todo el mundo y la actuación de la famosa compañía argentina Grupo Puja transformarán la emblemática plaza en un espectacular circo. El 18 de marzo estás invitado a encontrar un tesoro por toda la ciudad y a presenciar cómo el horizonte de Dublín se tiñe de rojo y fuego en un espectáculo de pirotecnia y música sin comparación a orillas del río Liffey. El 20 de marzo es el Big Day Out, un día perfecto para pasarlo en familia paseando por la parte georgiana de la capital, donde un buen número de sorpresas artísticas dispersas por sus calles despertarán el asombro y la satisfacción de los más exigentes.
Pero San Patricio no se agota en Dublín. No hay rincón de Irlanda que quiera sustraerse de la organización de su fiesta particular. Belfast, Cork, Donegal, Galway, Kerry, Limerick, Longford, Mayo, Meath, Offaly, Waterford, Westmeath o Wicklow compiten con sus particulares ofertas para contagiar con la fiebre del festival a propios y extraños.
Qué ver en Dublín
Capital de la República de Irlanda asentada en la costa este del país. Los normandos hicieron de Dublín su centro de operaciones para conquistar Irlanda en 1170. Pero al final de la Edad Media la zona controlada por los ingleses sólo era una pequeña extensión alrededor de Dublín: el Límite. Dublín es, principalmente, una ciudad de arquitectura georgiana. Dublín tiene muchos vínculos con la literatura. Podemos visitar la Plaza Merrion, donde nació otro escritor, Oscar Wilde (1854-1900), James Joyce (1882-1941), autor de «Dubliners» y «Ulises», también nació en la ciudad. Por el puente Hueston se llega al parque Phoenix, de 7.1 km², el parque urbano más grande de Europa.
La posición estratégica de Dublín ante Inglaterra, su puerto, su aeropuerto y su red de caminos, hacen de esta ciudad el punto focal del comercio y la industria irlandeses. Aquí se producen aparatos eléctricos, metales, alimentos y material impreso; es el mayor puerto terminal de transbordadores para quienes entran al país o salen de él y es punto de partida para la mayor parte de los turistas.
Galway
Es la tercera ciudad en cuanto a cantidad de habitantes y una de las más bellas de Irlanda. Hay muchas cosas interesantes para visitar en Galway: la iglesia de St. Nicholas, es el monumento más prestigioso de la ciudad y a la vez es la iglesia más grande de la isla.
El Lynch’s Castle era la residencia de la familia Lynch. El edificio se remonta al siglo XVII. Los Lynch eran la familia más famosa de los 14 clanes que se repartían el poder.
Pero principalmente la belleza de Galway se ve reflejada en su clima, joven y vivaz. Además es sede de la mejor universidad de la isla. Se destacan sus calles angostas, los buenos restaurantes y los pubs.
Gastronomía
Actualmente la comida irlandesa ha decaído mucho por la creciente cantidad de sitios tipo fast food en todo el país, de la cual los irlandeses son adeptos. Pero no perdamos la esperanza de comer bien en este país ya que algunos restaurantes todavía ofrecen al turista algunos platos típicos. A continuación mencionaremos un par de ellos:
Fresh oysters: Se sirven sobre hielo y es el acompañamiento ideal para una cerveza Guinness. Existe un festival en Galway dedicado a la degustación de ostras.
Dublín coddle: Es una sopa para tomar antes de ir a dormir. Sus ingredientes son: salchichas trituradas con jamón y panceta cocinadas con papas y cebollas.
Irish stew: Originalmente era un plato cocinado por la gente de la campiña irlandesa. Está cocinado a base de oveja o cordero, perejil, cebollas y papas. Sin dudas el mejor plato irlandes.
Fresas con crema: En verano es el postre más popular, se las endulza con miel y azúcar y se le agrega mucha crema.
Cultura e historia
Los primeros celtas arribaron a Irlanda alrededor de 1600 a.C. Políticamente los celtas dividieron Irlanda en cuatro provincias: Leinster, Munster, Ulster y Connacht. En 1556 Inglaterra confiscó territorios irlandeses y puso allí colonos ingleses que llevaron con ellos a Irlanda arrendatarios y sirvientes.
Por el Acta de Unión de 1800, Irlanda fue incorporada al Reino Unido. Irlanda del Sur se convirtió en una región autónoma dentro del Reino Unido. Los otros seis condados ubicados en el Noreste pasaron a ser Irlanda del Norte, con gobierno en Belfast y representación en el parlamento británico de Westminster.
Enfrentado a crecientes disturbios, en abril de 1969 el gobierno de Irlanda del Norte solicitó la presencia de tropas británicas para proteger las instalaciones estratégicas de la región. Se eliminó el gobierno de Belfast y se instaló un sistema de “gobierno directo” desde Westminster.
En la elección de 1973 en la República de Irlanda, el Fianna Fail (nacionalista conservador), partido con 44 años al frente del gobierno irlandés, fue derrotado. También mantuvo estrechos lazos en Irlanda del Norte con John Hume, del Partido Laborista y Social Demócrata, y con Gerry Adams, líder del Sinn Fein. El texto, negociado por ocho partidos políticos, bajo el auspicio de Londres, Dublin, y Washington, contempló una autonomía limitada para Irlanda del Norte con la creación de una Asamblea legislativa y organismos de cooperación norte-sur. El pacto franqueó un primer obstáculo cuando el líder unionista protestante David Trimble obtuvo el apoyo de su partido, el Partido Unionista del Ulster. Solo dos partidos protestantes extremistas se opusieron: el Partido Democrático Unionista, del reverendo Ian Paisley, y el Partido Unionista del Reino Unido, de Robert McCartney.
Conjuntamente con la asunción del nuevo gobierno, la República de Irlanda retiró el reclamo constitucional sobre el norte de la isla, presente en el texto desde su independencia del Reino Unido. Londres suspendió preventivamente la Asamblea Legislativa y el Consejo Ejecutivo del Ulster, y asumió la responsabilidad por la dirección y control de Irlanda del Norte.
En enero del 2004 la República de Irlanda asumió la presidencia rotativa de la UE por el término de 6 meses.
El irlandés fue reconocido, en junio de 2005, por parte de la UE, como la vigésimo primera lengua oficial. Anterioremente se le había otorgado el estatus de lengua de tratados. El canciller irlandés, Dermot Ahern, señaló su beneplácito y consignó que, a nivel europeo, se afirmaba “la dignidad y estatus de la primera lengua oficial” de los irlandeses, lo que fue considerado por Ahern como un importante paso práctico para la lengua irlandesa. El censo de 2002 había revelado que 1,4 de los cuatro millones de irlandeses tenían “alguna habilidad” para hablar irlandés y que la cuarta parte de estos lo hablaban diariamente.