Se llama Costa Azul, la parte meridional de la Francia entre Italia y Marsella. Aquí, entre Cannes y Mentón, en el siglo XIX se desarrollaron las primeras actividades relacionadas al turismo, entendido como manifestación cultural y económica.
El clima bueno durante todo el año, la belleza del paisaje, la posición estratégica, contribuyeron a elegir Costa Azul como la destinación preferida de los artistas, los intelectuales y los burgueses de Francia y Europa.
Napoleón, Maupassant, Matisse, Picasso, Sartre, todos se quedaron un tiempo en Costa Azul, echizados por el mar, dejando detrás de ellos las huellas de mitos que resisten al turismo selvaje de hoy.
Muchos piensan que la Costa Azul sea una destinación muy cara, que solo pueden permitirse los que tienen mucho dinero para gastarse. Pues se equivocan. Es verdad que muchos VIP, reales o no, pasan por los puertos con sus barcos de muchos metros, jugando al casino y tomando champagne en los bares de Cannes y Saint Tropez. A pesar de esto la Costa Azul tiene mucho que ofrecer también a los que no han conseguido ahorrar mucho dinero durante el año.
En Costa Azul conviven hoy muchos tipos de turismo, el de los muchos que pueblan las playas en julio y agosto, el de los vip de los aperitivos con ostras, el de los que se dedican a catar los vinos del interior y, por fin, el ecoturismo de las reservas naturales.
A quien le apetezca tomar el sol podrá elegir una cualquiera de las playas, que, por suerte, tienen libre acceso, mientras las familias encontrarán un servicio de los mejores en hoteles y restaurantes, donde es posible probar la buena cocina francesa a precios alcanzables.
Los que de vacaciones aprovechan para hacerse una cultura en Costa Azul encontrarán unas coleciones de arte muy completas de los pintores de los últimos dos siglos. Los que siempre buscan destanciones alternativas podrá ir descubriendo las islas i los pueblos medievales, donde el perfume del mar se confunde con el de la lavanda.
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Mejor época para visitar la Costa Azul
El clima de la Costa Azul es típico mediterráneo. Los invernos no son muy fríos y los veranos son calurosas pero no demasiado. La temperatura media anual se situa alrededor de los 15°, llueve poco y hay algunas ciudades que tienen hasta 300 días de sol al año. Puede que haya frío, si es que hay viento desde noroeste, llamado maestral o mistral.
Los turistas visitan más la región durante los meses de julio y agosto, así que junio y septiembre son las temporadas mejores para disfrutar de las playas sin el agobio de compartir con demasiados vecinos sol y arena.
Qué ver en la Costa Azul
Niza
Niza es una ciudad de 345.000 habitantes, la quinta de Francia. Se encuentra a lo largo de la Baie des Anges y está rodeada por montañas y verdes collinas.
Las opiniones de los viajeros sobre Niza siempre son diferentes. Hay los que no pueden aguantar los atascos y los robos, porque es la ciudad de Costa Azul donde hay más atracos. Pero también hay viajeros a quienes les encanta perderse por las calles de la ciudad vieja, andar por el paseo al mar y tomar el desayuno en la terraza de los bares. Lo que sin duda pone todos de acuerdo es el clima, ya que en Niza puede haber sol los 365 días del año, los grande espacios verdes, la oferta cultural y la varidad de cafés y restaurantes.
Promenade des Anglais es el paseo al mar de Niza, alegre y elegante a la vez, frecuentado por sus habitantes, como también por los turistas. La acera es ancha y decorada con palmeras y flores. Muchos jovenes lo recorren con patines y rollerblade. Por las noches de verano el paseo se anima, gracias a los chicos que tocan en la playa y sesiones de teatro de calle.
La ciudad vieja, Vieux Nice, destaca con sus callecitas estrechas, antiguos edificios, mercados y tiendas, y la ropa tendida por los balcones que recuerda mucho la atmósfera de la costa italiana. El corazón de Niza es Place Rossetti, lugar de encuentro, donde la bonita Cathédrale Sainte-Réparate. Entre Vieux Nice y el puerto se encuentra la Colline du Château, muy verde, y desde arriba es posible abrazar con la mirada toda la bahía.
Con respcto a los museos merece una visita el Musée d’Art Moderne et d’Art Contemporain. El edificio es super moderno y expone obras de importantes artistas europeos y estadounitenses, de los años sesenta hasta hoy. En el elegante barrio de Cimiez se encuentra el Musée Matisse, en una villa del siglo XVII rodeada por ulivos.
Cannes
Lujo y riqueza, vestidos firmados, coches deportivos, yacht a lo largo de la bahía, estrellas del cinema que pasean por la Croisette. Esta es la atmósfera de Cannes, empezando por la segunda mitad de mayo con el Festival del Cinema. Y después del Festival llega el verano, con los vip que pasan de sus barcos a las fiestas en las villas.
Cannes puede encantar, dar envidia o bien fastidiar, pero más allá de esto queda una ciudad muy vivible, llena de luz, limpia y elegante. Doce kilómetros de playas, un bonito paseo al mar, un casco antiguo y buenos restaurantes. Durante los demás nueve meses Cannes es una pequeña ciudad de la Provenza, agradable como muchas otras de la Costa Azul.
El paseo al mar, el conocido Boulevard de la Croisette, es un boulevard ancho y elegante. Junto a la paralela Rue d’Antibes es el corazón comercial de Cannes, donde encotntramos la playa, los hoteles más exclusivos, los bares y los restaurantes. En la parte oeste del boulevard hay el Palacio del Festival y de los Congresos.
Donde el Vieux Port es posible admirar los yacht más exclusivos del mundo, además de las tradicionales actividades relacionadas con la pesca. Al final del paseo se ven l’Île Ste Marguerite y l’Île Ste Honorat, alcanzables con un barco desde la Estación Marítima.
El casco antiguo de Le Suquet toma su nombre de la collina donde se encuentra. Subiendo las callecitas llegamos a los pies del monasterio de siglo XI y de la Chapelle de S.te Anne. Desde arriba la vista de la ciudad y de la bahía es algo estupendo.
Pointe Croisette es la zona este de Cannes, y también la más moderna, donde hay casas de lujo y, allí cerca, en el Port Cantó están aparcados los barcos de lo vip que vienen de vacaciones.
En frente de Cannes encontramos el archipiélago de las Îles Lerins, destinación ideal para quien quiera alejarse de la dimensión ciudadana. Llegar a las islas es muy facil, con barcos públicos o bien privados, St. Marguerite e St. Honorat ofrecen playas muy bonitas y pequeñas bahías escondidas para disfrutar del sol y de una atmósfera más tranquila y relajada.
Mentòn
Ma ville est un jardín es el refrén de Mentón, y efectivamente hay verde por todas partes: flores, palmeras, pinos,olivos y limones. La ciudad vieja, con su iglesia barroca de Saint-Michel es uno de los ejemplos mejor conservados de ciudad medieval tipica de Liguaria, en Italia. El casco antiguo es rodeado por murallas hechas de casas muy cercanas, con ventanas no alineadas y cienes de colores.
Paseando por las callecitas es posible todavía oir el patois mentonnais, un idioma antiguo, mezcla de francés, italiano, provenzal, español y arabe. El viejo puerto está en una posición muy panorámica, de la que es posible admirar la ciudad desde el mar. Cerca del puerto, en una fortaleza del siglo XVII, se encuentra el Museo Jean Cocteau, rehabilitado por el mismo artista.
El paseo al mar de Mentón es muy largo y cuidado y lleva al elegante barrio de Garavan, donde hay muchas casas de lujo escondida por el verde. También hay un bonito sendero para recorrer, llamado como el famoso arquitecto Le Corbusier, que aquí vivió y tuvo su estudio.
Mónaco
El Principado de Mónaco es famoso por la dinastía real de los Grimaldi, por el Casino y por el Gran Premio de Fórmula 1. A parte de esto esto, no queda mucho que merezca una visita. A pesar de la manifestación de lujo y riqueza, ya que los vip se empadronan para no pagar demasiados impuestos, Mónaco y su capital Monte Carlo son los lugares menos interesantes de la Costa Azul.
El Casino de Monte Carlo es el más famoso de Europa. El edificio fue construido siguiendo el proyecto del arquitecto Charles Garnier y las obras acabaron el 1910. La fachada y los interiores mezclan varios estilos, pero en su conjunto el edificio quiere sugerir el lujo. Recordamos a los que quieren buscar la suerte de llevarse en la maleta alguna corbata.
Y si la suerte no os acompaña, os queda la posibilidad de una visita al acuario, el Musée Océanographique, donde admirar más de 6.000 especies de peces, o bien los jardines: el Jardin Exotique, que recoge 7000 especies de plantas tropicales y cactus, el Jardin Japonais, un jardín zen muy pequeño y bonito.
Se pueden visitar unas cuevas prehistóricas, con grafitis de los más antiguos y en el Parc Fontvieille, hacia Cap d’Ail, hay un paseo entre miles de rosas plantadas a recuerdo de la querida princesa, Grace Kelly. La guapísima actriz rodó en Monaco la película Atrapa a un ladrón, de Hitchcock, “atrapando” a la vez el principe Ranieri, con el que se casó llegando a ser princesa.
Les Corniches
Entre Mentón y Niza hay tres caminos paralelos para atravesar toda la costa. Estos se denominan “les corniches”, caminos de cornisa. Cada uno tiene atractivos diferentes para visitar, el recorrido se puede hacer en auto, en bus y en barco. Mejor evitar esta zona en la época de año nuevo por la gran afluencia de gente.
La Corniche Inférieure data de 1860 y parte de Cap Martin, este camino va sorteando los lugares más próximos al mar entre ellos Beaulieu-sur-Mer, sitio preferido por los nobles en la belle époque.
Yendo más adelante llegamos a Cap Ferrat. Andando por los siete senderos que lo cortan se alcanzan las playas más bonitas y el puerto pintoresco del pueblo de Saint-Jean. Arriba hay una vista maravillosa de la costa, desde Italia hasta el Ésterel.
Villefranche-sur-Mer se encuentra en una llanura muy tranquila, es un pintoresco puerto de pescadores con un casco antiguo del siglo XIII y una fortaleza construida por el rey de Saboya en 1557.
La Moyenne Corniche es escavada entre las rocas, entre Beausoleil, arriba de Monte Carlo, y Niza. Por la carretera podéis quedaros un rato en Éze, pueblo que goza de un panorama estupendo.
Arriba corre la Grand Corniche, cuyo recorrido romano de la via Julia Augusta fue reconstruido por Napoleón. ricostruito da Napoleone. La clale es irregular, con muchas curvas que pueden sorprender quien lo las conoce, pero alguna trata que sobresale por encima del mar tinen su encanto. Hitchcock mismo eligio esta carretera para la famosa escena de Atrapa a un ladrón.
Saliendo de Roquebrune, pueblo medieval entre Mentón y Monte Carlo, se puede visitar el castillo del siglo X y recorrer las callecitas del centro. Las construcciones más recientes no molestan demasiado las antiguas y para llegar al mar hay que bajar por una calle muy abrupta y por una escalera de piedra. Al final aparece una pequeña bahía de agua verde.
Más adelante, hacia La Turbie, hay la silueta importante del Trophée des Alpes, monumento querido por Augusto el al eño 6 d.C., en el punto más alto de la via Julia. Las ruinas están arriba del valle que mira hacia el mar y Monte Carlo, y un pequeño museo os cuenta la historia del moenumento.
A las puertas de Niza, es aconsejable quedarse un momento al Observatoire del Mont Gros, edificio proyectado a finales de 800 por Gustave Eiffel y Charles Garnier.
Saint Tropez
El golfo de Saint Tropez tiene un clima templado todo el año por lo cual es muy buscado por sus playas y para practicar deportes náuticos. En la parte del interior del golfo se encuentra la ciudad de Port Grimaud, también conocida como la Venecia de la Provenza, este pueblo fue diseñado en 1966.
El parecido con Venecia radica en la forma de desplazarse por la ciudad, no existen calles sino canales y en el medio de la ciudad se puede ver su catedral de estilo moderno. Al no existir coches la ciudad es tranquila y silenciosa.
El desarrolllío turístico empezó a finales de los años 60, cuando Jean Paul Sartre, Boris Vian y Brigitte Bardot soliano frecuentar las playas y los bares de la ciudad. Franceses y extranjeros, artistas e intelectuales, todos los que se identificaran con el movimiento de la Nouvelle Vague encontraban en este lugar un refugio.
Porquerolles
Cerca de los lugares mŕs frecuentados del Mediterrŕneo, las Îles d’Hyéres, tambičn conocidas como Îles d’Or o Islas Porquerolles, son un rincón de tranquilidad y bellezam donde la naturaleza ha sido conservada gracias a normas muy rěgidas, como por ejemplo el hehco de que no estŕ permitido acamparse ni fumar.
Las islas comunican con la costa por medio de varias lěneas de barcos. Los alojamientos son pocos y muy caros, y Porquerolles es la destinación ideal para cruzeros en barco a vela. En la zona hay mucho viento y el barco permite dar una vuelta completa, en silencio y respetando a la naturaleza.
El pequeño pueblo de Porquerolles se ha desarrollado alrededor del puerto y de la Place d’Armes, donde se practica la petanque. Al fonso hay la pequeña iglesia de Sainte-Anne, subiendo las callecitas de piedra se llega al Fort Sainte Agathe, del siglo XVI, donde se puede admirar la vista sobre el archipičlago. Antes de iros os aconsejamos tomar en uno de los cafčs de la plaza o del puerto un buen pastis, licor de anis, těpico de Provenza.
Gastronomía
La cocina de Costa Azul tiene una base mediterránea y se suele apreciar sentados en los bares y en los restaurantes de la playa degustando vinos exquisitos como el blanco Cassis, el chardonnay de Saint-Honorat o un tinto de Bandol. A pesar de tener fama de un destino caro y exclusivo es posible encontrar alternativas gastronómicas para todos los bolsillos.
Costa Azul sigue la tradición francesa de quesos, baguettes y platos muy elaborados a base de pescado, aunque no son pocas las influencias que vienen de la gastronomís de la cercana Liguria, como por ejemplo la Socca, pasta de harina de agrbanzos, que tiene su correspondiente en la costa italiana con la farinata.
Costa Azul es elegida también como destino por los que viajan para descubrir una gastronomía muy especial y alternativa, en los restaurantes de la costa o bien haciendo turismo rural en el interior, catando los vinos y disfrutando de las reservas naturales.
Festivales
El Festival de Cannes, es é un festival cinematográfico internacional muy preciado, que tiene lugar cada año en el més de mayo. La atracción principal del festival es la presencia de muchas estrellas del cine, que recorren la pasarela bajo los ojos de miles de personas, fotógrafos e periodistas.
Muchos productores aprovechan del Festival de Cannes para estrenar las películas y vender los derechos de distribucción en todo el mundo. Entre los ganadores de la Palma de Oro, desde 1946 hasta hoy hubo: Luis Buñuel, Federico Fellini, Orson Welles, Francis Ford Coppola, Akira Kurosawa.
En el mes de febrero, hay el famosísimo Carnaval de Niza, que se celebra desde hace más de un siglo. Además de ser una fiesta atractiva nos da la oportunidad de descubrir Niza en invierno: la suavidad del clima, la luminosidad del cielo y la atmósfera de la Costa Azul.